Senderismo: Cruz del Miravete

Tras un verano intenso, por mi nuevo trabajo, por fin empiezo a respirar un poco, y saco tiempo para empezar con mis rutas senderistas. Para empezar la temporada, una clásica, subida a la cruz del Miravete y luego descenso hacia el Bojar para luego volver por la carretera al inicio. Tres horas de ruta.

 

La ruta empieza en la puerta del cementerio de Torreaguera, aunque como no hay sitio para dejar el coche, toca aparcar en el colegio y empezar con un buen repecho hasta llegar al cementerio, vamos un buen calentamiento.
En el lado izquierdo del cementerio sale la senda que conduce al monte del Miravete, en cuya cumbre, 429 metros de altitud, hay una cruz. La subida no está nada mal, sobre una hora con un desnivel más que interesante. No pude evitar pensar que esta es una ruta tipo que he estado realizando con mi exequipo en las dos últimas pretemporadas. Se me va a hacer duro no entrenar este año.

La subida bastante empinada, con pocos descansos, con las piernas flojas del verano y el bochorno que hacía, pareció más empinado que nunca y mi cabeza parecía una fuente de sudor.
Una vez en la cumbre se puede disfrutar de una interesante vista del valle de Murcia y todo Beniaján.
A lo largo de la subida se ven canteras y hornos de yeso, utilizados por los árabes entre los siglos XII al XIV.

El descenso lo hicimos siguiendo la senda del gavilán, una pista forestal que conduce a la población de El Bojar, y a partir de ahí la parte más fea de la ruta, bajada a Beniaján por la carretera y luego por la acera hasta Torreaguera para volver a subir al colegio.