miércoles, 15 de abril de 2015

Regulación laboral Entrenadores

Hace unas semanas, la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Murcia, organizó una mesa redonda bastante interesante: "¿Voluntarios? vs. ¿Profesionales? ¿Hacia dónde va el deporte base?"

Me sorprendió bastante no ver a nadie del mundo del Baloncesto allí, a parte de los alumnos asistentes, supongo que por cuestiones más académicas que por interés real, casi todos los presentes eran del mundo del Fútbol o Fútbol Sala (luego nos quejamos de que si son el deporte rey y tal y tal), alguno del Atletismo y de la Lucha. Independientemente de la asistencia, salieron a la luz temas bastante interesantes, y sobre todo de actualidad, de hecho, a mi se quedó corta la charla, quedaron algunos temas por salir a la luz, como el de las Titulaciones.


La Mesa la formaron:

José Miguel Campos Rodriguez, entrenador de fútbol
Dioni García García, periodista y jefe de deportes de la Opinión de Murcia
Fulgencio Pagán Martín-Portugués, graduado social y doctor en derecho deportivo,
Pedro Pablo Romo Rodríguez, abogado y ex-futbolista profesional,
y el moderador, Alfredo Martínez Pérez, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social

Sabido es por todos que el Gobierno puso en marcha en el año 2012 unas medidas para la lucha contra el empleo irregular en las entidades deportivas. Esas medidas que se desarrollaron durante el año 2013 y parte de 2014 se tradujeron en la realización de numerosas visitas a varios clubs deportivos por parte de los inspectores de Trabajo de la Administración pública del Estado con objeto de comprobar la situación legal en la que se encontraban los entrenadores, jugadores y cualquier otra persona que ejerciera algún tipo de actividad en el club. Básicamente, dichas inspecciones se centraron en la existencia o no de afiliación de dichas personas a la Seguridad Social y conllevaron la imposición de multas de considerable cuantía en los casos negativos.


Tras un estudio, Empleo y Educación proponen el contrato a tiempo parcial para regularizar la relación laboral en los clubes y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro.

El objetivo es proteger los derechos de los trabajadores –entrenadores, monitores, preparadores físicos u otro personal- que no figuran en alta en la Seguridad Social

Según el CSD, ni el ánimo de lucro determina la exclusión de un empresario del sistema de Seguridad Social, ni la percepción de cantidades inferiores al salario mínimo interprofesional que reciben los trabajadores supone en sí misma la exclusión de la relación como laboral. Por otra parte, la protección social de estos colectivos debe configurarse como una prioridad y solo excepcionalmente cabría considerar la concurrencia de relaciones de voluntariado.

Lo que sí es una realidad es que podemos admitir que un entrenador, con la ley en la mano, es un trabajador a tiempo parcial, pero esgrime una "casuística" particular: "Hay crisis, se pagan menos cuotas, se han eliminado ayudas, se han quemado los patrocinadores en torno al 50%, la mayoría de las entidades no tienen ánimo de lucro, las cantidades que perciben los entrenadores son irrisorias…". En estas circunstancias, entiende que repercutir sobre las cuotas un aumento de un % sobre el coste "laboral" y el coste añadido por gastos de asesoría y contabilidad llevará a que muchos entrenadores dejen la actividad y clubes de pueblos o barrios echen el cierre.

Cuanto más pequeño sea el club, más afectado se verá, porque su capacidad de gestión es menor. Podemos recordar que los clubes de la Primera División de la Liga de Fútbol deben a Hacienda más de 500 millones de euros, según la propia Agencia Tributaria. Incluso podemos hablar de un agravio comparativo: "Si lo hacemos todo legal en este país, hagámoslo todo. ¿Cómo funcionan las cofradías? Y mueven más dinero que los clubes... ".

Lo que está claro es que circula la idea de que el Gobierno ha lanzado una bomba para asustar al sector y adecentar así los datos del paro (motivos reales del gobierno).

Esto provocará además que muchos ténicos dejarán la actividad. Más que nada, por imperativo legal, porque entre los entrenadores abundan maestros, médicos o inspectores que vulnerarían la exclusividad en su función pública si pasasen a cotizar por su labor deportiva.

Hay otra queja en los clubes: la desinformación. "Quieren hacerlo de un día para otro. Si llega una inspección, ¿qué hacemos? ¿Qué pasa con profesores que en sus ratos libres echan una mano?"


Voy a hacer un pequeño resumen de algunas de las conclusiones de la tarde:

- Existe la necesidad de cubrir al trabajador, debe de tener cobertura de la Seguridad Social, ¿que hacemos si a ese entrenador le pasa algo?

Lo que parece que quedó claro es que si un entrenador no cobra, pues no pasa nada, si lo que se le pagan son gastos, deben de estar bien justificados.
Una solución a este grupo sería que el club contratara un seguro colectivo de accidentes.
Entonces el tema que salió fue...y cuando echamos al entrenador ¿no hay indemnización?

Por lo que parece uno de los objetivos es controlar la economía sumergida y el tema de los gastos por compensación es algo que ya existe, pero hay que justificarlos, cosa que no se está haciendo por parte de muchos clubs.

Al final la mayoría del debate se centra sobre la "voluntariedad" de los entrenadores, donde más o menos quedó claro que la figura de voluntario es libre, y que la formación no es importante, de hecho, puede o no asistir a un evento. En cambio el entrenador tiene que asistir (es más, se le sanciona si no está) y necesita una formación, por lo que parece difícil equiparar ambas figuras.

El voluntariado no puede sustituir un empleo, lo que va a obligar a reestudiar la ley de voluntariado, dado que el voluntario es algo escueto en el tiempo, algo específico.


- Otra cuestión es la mejora que se ha producido en el deporte en los últimos años, los entrenadores ya no son esos padres que se animaban a estar con los chicos, ahora hay entrenadores bien formados, de hecho ya hay varios deportes (padel, vela) en los que no se concibe un monitor sin estar dado de alta y con formación. Sí que hay partidiarios de regularizar esta situación (al final lo que no se paga no se valora).

- La principal conclusión es que está claro que es necesario una regulación específica para los entrenadores, como ocurre con los trabajadores de la limpieza, y no el régimen general de trabajadores, que igual hay que diferenciar entre clubs de 1ª y 2ª, establecer unas pautas bien claras a seguir por los clubs y mejorar la ley del deporte.

Una posibilidad que se está planteando es seguir una figura europea ya existente de actividad marginal, donde hasta cierta cantidad no sería necesaria la contratación y a partir de esa cifra establecer una relación laboral.

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