jueves, 14 de abril de 2011

Factores asociados al desarrollo del jugador



El Entrenador:


Tiene que tener una sólida formación académica y profesional, una elevada capacidad de reflexión sobre su práctica, una profunda convicción de la validez del trabajo colectivo y saber adaptarse a los avances científicos, técnicos y profesionales del entrenamiento deportivo.


La habilidad que tenga el entrenador para conseguir un entorno que fomente un aprendizaje óptimo, es uno de los factores claves para el desarrollo del deportista.


Determinados estudios deducen que un factor crucial en el desarrollo de los jugadores, especialmente en niveles elevados de rendimiento, es poder acceder a un entrenador experto.


Un aspecto diferenciador entre entrenadores se sitúa en su aspecto crítico y en cómo analice, racionalice y reflexione de manera crítica sobre el entrenamiento, sobre el diseño de tareas utilizado, etc.


Es necesario que el deportista presente un deliberado deseo de mejorar y un elevado compromiso con el entrenamiento.


Los entrenadores, así como los padres, directores y demás personal técnico, tienen responsabilidades para desarrollar en el deportista tareas más allá de las exclusivamente técnicas.

Medidas para conseguir esta situación pueden ser:


  • Mantener reuniones durante la pretemporada donde se discutan y acuerden las funciones, responsabilidades y objetivos deportivos y de entrenamiento, las competiciones, la implicación en el equipo, etc.

  • Este tipo de encuentros no sólo se debe mantener con los entrenadores, sino también con los padres, donde se aclaren las expectativas y el papel de éstos.

  • Fomentar la responsabilidad y la toma de decisión, la persona que entrena debe implicar en las decisiones a sus deportistas.

La Familia:


Durante el periodo inicial, los padres deben incentivar la participación de sus hijos. Lo importante para este ciclo es que el joven deportista se divierta con las habilidades básicas.


La segunda fase se caracteriza por un mayor compromiso por parte de los padres, a la vez de la persona que practica deporte. La familia compromete recursos económicos y tiempo en sus hijos, tratando de que estos accedan a mejor personal para su entrenamiento, mejores instalaciones, ...


En el siguiente periodo, la influencia familiar disminuye ya que comienza a tener una base de conocimiento propia y adquiere su propia responsabilidad. Los padres pasan a un segundo plano, y por encima del complemento económico, destaca el apoyo emocional a la hora de superar lesiones, la presión de la competición o la fatiga del entrenamiento o la competición.


Debemos considerar la necesidad de que los padres reduzcan el nivel de presión sobre sus hijos, modifiquen o reorienten el concepto de éxito deportivo.


La Competición:


En la primera fase, apenas tiene importancia, y fundamentalmente debe tratar de proporcionar experiencias positivas a los jóvenes, primero el factor diversión sobre el rendimiento.


Durante el periodo de especialización, la competición, además de adquirir más importancia y empezar a tener una mayor orientación hacia el rendimiento, se convierte en un factor clave como elemento de su formación.


En la última fase, el rendimiento durante la competición se convierte en el criterio elegido para conocer si el proceso de desarrollo del talento se ha llevado a cabo correctamnete o ha fracasado.


La competición es el medio más importante para desarrollar la pericia, especialmente en lo que se refiere al factor perceptivo y decisional.


El entrenamiento, así como situar a la persona deportista en niveles competitivos elevados, desarrolla la tolerancia a la variación de los propios niveles de ansiedad, motivación, etc, consiguiendo mejorar la atención, lo que en el último momento permite mejorar la toma de decisiones.


El equilibrio entre participantes debe constituir una preocupación permanente para las personas responsables de las organizaciones.


Una propuesta en este sentido, podría ser, que se permita competir en categorías superiores a aquellos deportistas que en su nivel de origen compiten de forma muy desequilibrada.


El competir en ligas de máximo nivel o nivel superior se convierte en un poderoso elemento de desarrollo de la pericia.


Para que las competiciones contribuyan al desarrollo de la capacidad competitiva, deben reunir las siguientes características:



  • Que sean suficientes a lo largo de la temporada, como para provocar condiciones variadas que obliguen a los deportistas a adaptarse a las diferentes situaciones.

  • Que no sean excesivas

  • Que se desarrollen en los momentos de la temporada más apropiados

  • Que se adapten a las posibilidades reales de rendimiento de los deportistas.

1 comentario:

  1. Muy bueno tú entada , analizando los diferentes factores que influyen en los chicos que practican baloncesto...si bien la potenciación de algunos chicos a jugar en ligas superiores ¡¡hay que utilizarla con mucha precaución!!...y progresivamente , sin que sea traumática para el jugador .

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